Aprende a manejar el estrés
El estrés es una sensación que creamos al reaccionar a ciertos sucesos. Es la manera en la que el cuerpo se enfrenta a un reto y se prepara para actuar ante una situación difícil con enfoque, fortaleza, y agudeza mental. El cuerpo humano responde a estas situaciones activando el sistema nervioso y ciertas hormonas. El hipotálamo envía señales a las glándulas adrenales para que produzcan más adrenalina y cortisol y envíen estas hormonas al torrente circulatorio. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la presión arterial y el metabolismo. Los vasos sanguíneos se ensanchan para permitir una mayor circulación sanguínea hacia los músculos, poniéndolos en alerta. Las pupilas se dilatan para mejorar la visión. El hígado libera parte de la glucosa almacenada para aumentar la energía del cuerpo. Y el cuerpo produce sudor para refrescarse. Todos estos cambios físicos preparan a la persona para reaccionar rápidamente y eficazmente cuando siente tensión emocional. La respuesta al estrés también puede causar problemas cuando es extrema. En algunas ocasiones el estrés puede llegar a ser bueno ya que manda señales de alerta al cuerpo y nos ayuda a mantenernos atentos en cosas momentáneas, es decir a corto plazo. Pero el estrés no es siempre una reacción a cosas inmediatas. Eventos progresivos o a largo plazo, como un divorcio o el traslado a un nuevo vecindario o escuela, también pueden causar estrés. Las situaciones a largo plazo pueden producir un estrés de poca intensidad, pero perdurable, ocasionando dificultades a la persona. Esto puede agotar las reservas del cuerpo, haciendo que la persona se sienta agotada o abrumada, debilitando el sistema inmunológico del cuerpo y ocasionando otros problemas. Algunas señales de sobre carga de estrés son las siguientes:
• Ansiedad o ataques de pánico
• Constante presión, confusión y apresuramiento
• Irritabilidad y melancolía
• Síntomas físicos: problemas estomacales, dolores de cabeza y dolores de pecho
• Reacciones alérgicas: eczema y asma
• Problemas del sueño
• Beber en exceso, comer en exceso, fumar o usar drogas
• Tristeza o depresión ¿Cómo evitar el estrés? El mejor método para lograr vivir sin estrés es dejar que aparezca tan pocas veces como sea posible. Por el contrario, los estresores ya existentes (desencadenantes de estrés, factores estresantes) en la vida profesional y privada se deben reducir tanto como se pueda, por ejemplo:
• Mediante la formación continua. Si el estrés se debe a exigencias para las que no te sientes suficientemente preparado, puedes ampliar tus capacidades mediante una formación continua, adquirir más cualificación y reducir el estrés debido a la sensación de que se te exige demasiado.
• Organizando mejor las estructuras de trabajo. ¿Las tareas se pueden distribuir de otra manera? ¿Se pueden mejorar/modificar los procesos de trabajo? ¿Tienes un sistema de archivado propio?
• Organizándote mejor. Por ejemplo, determina cuáles son tus prioridades en los ámbitos privado y profesional. Planea las secuencias temporales de forma realista. No intentes hacerlo todo solo, delega también algunas tareas.
• Desarrollando las habilidades sociales. Tú también puedes decir no. Aprende a ponerte límites, mantener conversaciones aclaratorias, escuchar a los demás...
• Dejándote ayudar. ¿Te toca siempre hacer todo el trabajo? Pide apoyo al jefe. Pregunta a los compañeros si te pueden echar una mano. Formas de “des estresarte” Aprende una técnica de relajación (por ejemplo, el entrenamiento autógeno o la relajación muscular progresiva) y practícala regularmente. Al principio lo mejor es practicar estas técnicas de relajación a diario. Si los ejercicios se hacen con regularidad, las técnicas de relajación tienen un rápido efecto positivo y el estrés no aparece tan pronto o bien se reduce antes. Muévete regularmente. Puesto que el objetivo de la reacción de estrés física es activar el organismo y prepararlo para el movimiento, tener actividad física es una ayuda para afrontarlo. Aliméntate de forma saludable y variada. Cuando se tiene mucho estrés, a menudo se descuida la alimentación, de manera que a los auténticos efectos del estrés se le suman los efectos desfavorables de una alimentación deficiente e irregular. Por lo tanto, en los periodos de estrés también se debe procurar no descuidar la alimentación. Intenta no perder el contacto con los amigos y la familia. Los contactos sociales son un factor importante para la recuperación. El estrés laboral hace que uno se olvide, a veces, de que también existe la vida privada. A menudo se resienten los contactos sociales. Realizar actividades extra laborales que resultan divertidas y solo se practican para uno mismo ayudan a mantener el equilibro interno. Muchas de las personas que sufren de un estrés constante se quedan con las ganas de practicar hobbies y actividades de tiempo libre o bien acaban abandonándolos por completo porque tienen la sensación de que no tienen tiempo para ello. Piensa qué te gusta hacer. ¿Qué te divierte? ¿Qué te causa satisfacción? Intenta realizar de vez en cuando pequeñas pausas de este tipo en tu vida cotidiana. Duerme lo suficiente. Durante el sueño se regenera el cuerpo y la mente y se reúnen fuerzas para el día siguiente. Por lo tanto, dormir poco puede causar un estrés adicional. A quienes están permanentemente estresados a menudo les resulta difícil alegrarse por cosas cotidianas o acontecimientos, o bien percibir como positivas las cosas que lo son. A menudo solo retienen en la memoria las cosas negativas del día. Por lo tanto, vuelve a prestar mayor atención a las cosas positivas que suceden a tu alrededor y aprende a disfrutar de nuevo.
Lic. Ana Luisa Rodríguez Águila. Contact Center,
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